Aunque el aprendizaje esencial de la cata requiere del conocimiento de estas sencillas técnicas y de un vocabulario con el que poder expresar las sensaciones, una vez adquieras el conocimiento ya solo se tratará de ponerlo en práctica.
¿Cómo catamos?
Utilizando, fundamentalmente: la vista, el olfato, el gusto y el tacto. Estos serán, por tanto, nuestras herramientas de trabajo.
Y en función del órgano encargado de recibir el estímulo, se establecen tres fases en la cata:
Visual
En esta fase recibimos la primera información del vino. Edad, elaboración, procedencia,...
Olfativa
Es quizá, la fase más compleja del aprendizaje, debido al amplia oferta de aromas y a la dificultad para reconocerlos, especialmente aquellos que se presentan de una manera más sutil.
Gustativa
Aquí empleamos de un lado el gusto (dulce, saldo, ácido y amargo), del otro las sensaciones táctiles (alcohol, astringencia, efervescencia...) y los aromas retronasales.
Para concluir definiendo la calidad del vino