Esta es la curiosa y anecdótica historia de una cata de vinos celebrada en París el 24 de mayo de 1976, hace ahora casi 40 años...
Por aquella época, mientras Francia presumía de sus magníficos vinos, California al igual que otras regiones del mundo ya elaboraban vinos de calidad aunque no tan conocidos.
Steven Spurrier, comerciante británico afincado en Francia, invitó a algunos bodegueros de California a participar en una cata de vinos en París. Al evento, conocido como El Juicio de París, fueron convocados nueve prestigiosos enólogos y gastrónomos franceses, que cataron a ciegas los mejores vinos de California y los mejores de Burdeos y Borgoña.
Los vinos de California, tintos y blancos, triunfaron contra todo pronóstico...
Cuentan que algún miembro del jurado incluso comentó: “Este es un magnífico vino francés” en referencia a un vino californiano y que otro despreció uno de los mejores vinos franceses asegurando que era “definitivamente un vino californiano, por carecer de aroma”.
A pesar del bochornoso incidente, Francia terminó reconociendo la gran calidad de los vinos californianos y la de tantos otros hasta entonces no valorados, con lo que el mercado pegó un giro abriéndose a la maravillosa variedad de la que hoy disfrutamos.
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