Defectos del vino...

Me disponía antes de anoche a tomar mi copita de vino diario, de un tinto roble andaluz (uno de mis básicos) y me encontré con ese "tufillo" a huevo podrido característico que, en ocasiones, encontramos en el vino.

¿Qué podía hacer
De momento y para calmar "mi sed", abrir una de rosado de Navarra (Garnacha 100%) que conservaba fresquita en el frigorífico de casa.
No sé qué fue...su bonito color rosa, la frescura de su aroma, su agradable sabor a golosina o todo en su conjunto lo que me hizo olvidar mi anterior decepción, pero lo hizo...

Después decidí echar el tinto al decantador sin cuidado ninguno. Tenía que conseguir hacer desaparecer ese "fetido" olor (probablemente generado por su tiempo de clausura en botella o cualquier otra reacción química, no estoy muy segura) ...y...al cabo de unas horas...¡¡¡Conseguido!!!

No sólo se fue ese olor sino que comenzaron a salir, tímidamente (como si despertaran de un largo letargo), agradables aromas uno tras otro: frutilla roja...frutilla negra...vainilla...menta...tabaco rubio...refresco de cola...y cuando lo tomaba...otra vez venían a mi memoria recuerdos de mi niñez, esta vez el sabor del regaliz Zara, el "duro".¿Lo recuerdas?


Algunos defectos del vino no lo son tanto y si no llego a saberlo, el tinto...mi tinto preferido...hubiera acabado en él...
Por esto, es importante, si te gusta el vino (como a mí) ir aprendiendo poco a poco sobre vino. 

Las catas de vino van muy bien para eso. 

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