¿Cómo hacer vinagre casero? Recetas con vino

En esta ocasión te traemos una receta muy útil de vinagre casero, hecho con un poco de vino que nos sobró de la reunión de anoche...
Quieres saber cómo hacerlo? Para ayudarte te explicamos un poco de su historia  y consejos para prepararlo.
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El primer testimonio escrito del empleo del vinagre en la gastronomia proviene del Imperio Romano, y se encuentra en el libro de cocina más antiguo de la historia occidental, el De re coquinaria, escrito por Apicio. Es probable que ya en aquellos tiempos las culturas hayan notado sus propiedades como conservante.
Este líquido proviene de la fermentación del vino o la manzana, por lo cual se cree que sus orígenes se remontan al comienzo de la elaboración de bebidas alcohólicas. De sabor agrio, el vinagre es sumamente empleado en la mayoría de las cocinas del mundo.
Aunque normalmente se puede comprar ya preparado, también existe la opción de hacerlo en casa. Además, esto te permitirá aprovechar los restos de algún vino que no hayas consumido a tiempo. Es por esto que con estas sencillos pasos te enseñaremos a preparar un vinagre casero espectacular.
Sólo necesitarás una botella de vidrio alargada y medianamente estrecha (con cuello lo suficientemente abierto como para que el vinagre respire), una gasa o tela limpia y estéril, un poco de vinagre ya hecho para acelerar el proceso y el vino o sidra que desees.
Como los vinos suelen tener 13% de grado alcohólico y el vinagre ronda el 7%, lo recomendable es diluir el vino en la misma cantidad de agua mineral (por ejemplo, si tienes 100 ml de vino necesitarás 100 ml de agua). Este paso se puede obviar, pero hay que tener en cuenta que el grado de alcohol determinará la acidez final del vinagre: mientras más alcohol posea el vino mayor será la acidez.
Verter el vino en el recipiente de vidrio y luego agregar un chorrito de vinagre. Tapar la boquilla del recipiente con la gasa o tela y sujetarla con una liga o cuerda. Reservar el recipiente en un lugar oscuro y con temperatura que ronde los 20ºC. Déjalo en reposo como mínimo por un mes.
En la superficie se formará una película gelatinosa, llamada “la madre”. No debes mover la botella para evitar que se vaya hasta el fondo. Una vez esté listo el vinagre, cuélalo con un colador de tela para retirar cualquier impureza. Reserva en un recipiente de vidrio, preferiblemente tapado con corcho, para que continúe respirando y tomando nuevos matices.
Podrás utilizar nuevamente la “madre” para hacer más vinagre, o congelarla para emplearla en otra ocasión.



Fuente: Cocina y Vino